domingo, 6 de diciembre de 2009

Duele

Cuando dices que no hay nada que decir, y luego resulta que hay muchas cosas que contar. Duele enterarse de que no tienes interés en contarme algunas cosas, cosas que para mí son importantes, no el hecho de saberlas, sino el detalle de hacérmelo saber. Pero tu respuesta es que no hemos hablado los últimos días.

Duele pensar que no me llamas para ponerme al día de tu vida. Esas cosas, todas duelen y no te das cuenta. Si no te das cuenta, no me preguntes por qué lloro, porque deberías saberlo.

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